Pie de foto (VIII)

Cuando mi abuela me dijo que aquellas paredes tenían ojos y oídos, no supe que quería decir.

Ahora lo entiendo. Ahora sé a lo que se refería cuando decía que teníamos que defender nuestro derecho a hablar. A poder expresarnos, a poder nombrar y hacer realidad lo que tantas veces antes había sido silenciado.

Hay paredes que encierran secretos ocultos para toda la eternidad.

Voces, que no podrán ser escuchadas porque fuertes muros las custodian.

Pero aún hay historias que pueden y deben ser contadas. Aún hay recuerdos entre las paredes de cualquier casa capaces de hacernos viajar en el tiempo. Tan sólo debemos prestar atención a esas grietas de la memoria que, como las arrugas de los más mayores, tienen muchos surcos por los que discurren infinitos ríos de historias, emociones y vivencias que guardan sabiduría y verdad.

Mucha verdad.

Virginia Sánchez Romo.

Licenciada en Periodismo Audiovisual. Formada en Gestalt de Infancia y Adolescencia; y en Terapia Social y Pedagogía Curativa, desde la Antroposofía. Estudiante de Cuentoterapia.

Todas las fotografías que aparecen en esta sección han sido realizadas con un teléfono móvil.

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