Desde niños-as algunos de los cuentos que más nos fascinan son aquellos en los que aparece un dragón o una serpiente de siete cabezas a la cual hay que vencer, en la que el héroe o la heroína (pues no olvidemos que hay cuentos para uno y otro género) tienen que pasar por pruebas y peligros para llegar al castillo y vencer al dragón, guardián de tesoros.
Esto nos brindará la oportunidad de desencantar o liberar al príncipe o a la princesa, que no es más que la necesidad de liberar nuestra parte oculta que nos complementa, nuestro femenino o nuestro masculino interno, nuestra receptividad o actividad oculta para convertirnos en seres unificados, únicos, individuales. Por eso al final hay una boda, que no es más que el simbolismo del compromiso interno con esta parte a recuperar que nos hace invencibles en esta aventura de vivir.
El Dragón va a simbolizar la gran lucha heroica… Una lucha llena de caras y de peligros, pues estamos ante el más peligroso enemigo en el mundo de los cuentos… el más peligroso enemigo de nuestro mundo interno.
¿Tenemos preparada nuestra espada? ¿Nuestro escudo? ¿Nuestra cabalgadura? ¿Nuestro yelmo?… ¿Somos caballeros buscadores del Grial? ¿Estamos dispuestos a quitarle las 7 cabezas al mas potente enemigo?.
Imparte Lorenzo A. Hernandez Pallares